lunes, 31 de octubre de 2011

EL JUEGO DE LA VIDA

Imagina la vida como un juego, en el que tú haces malabarismo con cinco bolas que arrojas al aire: son el trabajo, la familia, la salud, los amigos y el espíritu.
Pronto te darás cuenta de que el trabajo es una bola de goma: si se cae, rebota. Pero las otras cuatro bolas (familia, salud, amigos y espíritu), son de vidrio. Si se deja caer una de ellas, ésta quedará irrevocablemente dañada, rayada, fisurada o rota. Nunca volverá a ser la misma. Compréndelo, y encuentra el equilibrio en la vida. ¿Cómo?:
- No disminuyas tu propio valor comparándote con otros. Es porque somos todos diferentes, que cada uno de nosotros es especial.
- No fijes tus objetivos en función de lo que otros consideran importante. Sólo tú estás en condiciones de elegir lo que es mejor para ti.
- No des por seguras las cosas más queridas por tu corazón. Aférrate a ellas como a la vida misma, porque sin ellas, la vida carece de sentido.
- No dejes que la vida se te escurra entre los dedos por vivir en el pasado o para el futuro. Si vives un día a la vez, vivirás todos los días de tu vida.
- No abandones cuando todavía eres capaz de un esfuerzo más. Nada termina hasta el momento en que uno deja de intentarlo.
- No temas admitir que no eres perfecto. Ése es el frágil hilo que nos mantiene unidos.
- No temas enfrentar riesgos. Es corriendo riesgos como aprendemos a ser valientes.
- No excluyas de tu vida al amor, diciendo que no se lo puede encontrar. La mejor forma de recibir amor, es darlo; la forma más rápida de quedarse sin amor, es aferrarlo demasiado, y la mejor forma de mantener el amor, es darle alas.
- No corras tanto por la vida como para llegar a olvidar, no sólo dónde has estado, sino también hacia dónde vas.
- No olvides que la mayor necesidad emocional de una persona, es la de sentirse apreciada.
- No temas aprender. El conocimiento es liviano; es un tesoro que se lleva fácilmente.
- No uses imprudentemente el tiempo o las palabras. No se pueden recuperar.
La vida no es una carrera, sino un viaje que debe ser disfrutado a cada paso.
El ayer es historia; el mañana es misterio; y el hoy es un regalo: por eso se lo llama "presente".

Bryan Dyson

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