Un cruel puñal con arabescos de oro
llevo en el pecho hasta la cruz clavado
una bella mujer a la que adoro
alli pasando lo dejó olvidado
Un cruel puñal con arabescos de oro
llevo en el pecho hasta la cruz clavado
una bella mujer a la que adoro
alli pasando lo dejó olvidado
Y nunca mas a recojerlo vino
y yo rodando mi fatal camino
el polvo riego con mi eterno lloro
pues descuidado y torpe en mi amargura
caen los diamantes de la empuñadura
del cruel puñal con arabescos de oro
Y nunca mas a recojerlo vino
y yo rodando mi fatal camino
el polvo riego con mi eterno lloro
pues descuidado y torpe en mi amargura
caen los diamantes de la empuñadura
del cruel puñal con arabescos de oro.
Edmundo Delhuemeau
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El Enemigo
Mi juventud no fue sino un gran temporal Atravesado, a rachas, por soles cegadores; Hicieron tal destrozo los vientos y aguaceros...
-
Padre nuestro que estás en los cielos, circundado de gloria inmortal; esperanza del alma que eleva al amor y a la ciencia un altar. Sa...
-
Guarecita de mi tierra que en un pueblo de la sierra viviendo tan triste estás: ¡olvida ya mis quereres! al cabo... ¿pa qué los queres?...
-
Por estos misterios santos De que hace el alma recuerdo, Te pedimos, oh María, Con tierno y devoto pecho, De nuestra fé sacrosanta La...
No hay comentarios:
Publicar un comentario